Me llamo Carlos Mantero. Empecé a correr buscando algo… y acabé encontrándolo todo.
Este blog nació como una forma de soltar lo que llevaba dentro después de cada carrera. No para dar lecciones, sino para recordar por qué corro, qué siento cuando lo doy todo en un sendero perdido o bajo la lluvia en mitad de una ultra. Aquí están todas mis crónicas: desde aquellas primeras carreras con las piernas temblando y el corazón a mil, hasta los retos más salvajes que me han hecho crecer como atleta y como persona.
mantero.run es mi diario, pero también mi espejo. Un espacio donde comparto, sin filtros, lo que se vive más allá del dorsal: miedos, dolores, alegrías, errores, aprendizajes… Todo lo que hace que correr, más que un deporte, sea un modo de estar en el mundo.
En estos años he conseguido más de 60 podios en carreras de montaña y ultradistancia, desde pruebas locales hasta eventos internacionales. También me he lanzado a desafíos de ciclismo de larga distancia y gravel extremo, porque para mí el movimiento, la resistencia y la exploración forman parte de una misma llamada.
Pero mi historia no va solo de competir. Va también de acompañar.
Con el tiempo, entendí que lo que más sentido tenía era ayudar a otros deportistas de resistencia —corredores, ciclistas, ultrafondistas— a rendir mejor, entrenar con inteligencia y encontrar su propio equilibrio entre esfuerzo, mente y vida. Esa es mi misión: convertir la experiencia acumulada en guía útil para quienes quieren llegar lejos sin dejarse por el camino.
Creo en el entrenamiento consciente, en cuidar el cuerpo sin desconectarlo del alma, en escuchar tanto las pulsaciones como los silencios. Por eso también comparto contenido, herramientas, ideas y todo lo que voy aprendiendo en el proceso.
En este blog no vas a encontrar fórmulas mágicas. Vas a encontrar vivencias reales. Tropiezos. Momentos de lucidez. Ganas de seguir.
Si te apasionan los retos largos, el deporte como forma de crecimiento, o simplemente buscas una voz sincera entre tanto ruido, bienvenido a mi camino.
Corre duro. Disfruta. Y vuelve con algo que contar.
